La propiedad raíz, bien elegida y bien administrada, rara vez destruye capital y tiende a generar ingresos estables. Para maximizar tu rentabilidad y evitar problemas con inquilinos, ten en cuenta:
1) ¿Qué inmuebles funcionan mejor para inversión?
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Área: hasta 120 m² suelen rotar más rápido y logran mejor relación canon/precio.
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Ubicación: en centros urbanos o perímetros inmediatos, con acceso a transporte, comercio, hospitales y colegios.
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Perfil del mercado: estratos 3 y 4 (nuevos o usados) se arriendan con mayor demanda y en menos tiempo.
2) Listo para mostrar: que todo entre por los ojos
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Estructura y acabados: sin humedades, fisuras ni daños; pisos, enchapes y puertas en buen estado.
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Instalaciones: eléctrica, gas, agua, sanitaria y telecomunicaciones 100% operativas.
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Remodelación inteligente (si es antiguo): prioriza cocina y baño; es donde más “se ven” los años.
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Home staging: pintura blanca para luz, amplitud y limpieza. Resana antes de pintar.
3) ¿Cómo fijar el canon correcto?
No existe una fórmula universal, pero sí buenas prácticas:
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Comparables reales: consulta ofertas similares en el sector y verifica cierres efectivos.
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Asesoría profesional: una inmobiliaria confiable te ayuda a ubicar el rango de precio óptimo.
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Estructura de costos: considera administración, mantenimiento, vacancia y seguros al definir tu meta de rentabilidad.
4) Compra pensando en arrendar
Antes de cerrar, pregúntate: ¿yo viviría aquí?
Evalúa: ubicación, transporte, cercanía a centros comerciales, zonas de comercio y servicios de salud.
5) Intermediación que protege tu inversión
“Si compras para arrendar, mi recomendación es hacerlo a través de una inmobiliaria con póliza colectiva de arriendos y matrícula de arrendador ante la Alcaldía.” — Janna Mateus Gazcón, CEO House4u Online.
Una buena intermediación incluye: estudio de solvencia, acta detallada de entrega, inventario fotográfico, cláusulas claras y seguimiento periódico.